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ES HUMO MI ARDOR

por Claudia del Río

 

 

Es una habitación de cinco por casi seis metros, sin ventanas, con tres puertas altísimas
la casa es de Ema y Remo
hay una mesa tendida
aún no están comiendo
una pila de platos de postre espera al costado
es 1920, Ella cuenta que la mujer
pone un plato boca abajo, enciende una vela, el humo va dejando una pintura en la superficie
hoy ese plato y la mujer cumplen cien años


lo que amo de elles es que están muertis
son muy jóvenes, decidieron viajar sideralmente
conjurar con humo
el deseo del polvo
que arrastran de sus familias.


Lola tiene los ojos adornados y le pido desde el cajón ¿estoy en el cajón? le pido que me los
pinte igual
esas curvas de metal se verían bien
una bijou disfuncional que se cae a cada rato y se pega en los papeles
una bijou de atados con lo que recoge en sus excursiones. Oh! La varita


Ulises, a quien más conozco tiene en la mochila sus huesos plegados
las bisagras son miniaturas óseas que favorecen el tono muscular
se desespera por la tradición de las casi simetrías sabiendo de su antigüedad corporal
las camisetas que dibuja activan comics al caminar
lleva además una puerta que marca como árbol.


Toti llega a la casa con un coche largo, Rosa Pantera,
apenas pasado y una torta altísima de crema, esa es muy nueva, acaba de comprarla
Escultor demorado, el escenógrafo que lleva y trae
la línea tiembla con él en la plazoleta.


Las palmeras de la caliente Santa Fe
agujerean la cabeza de quienes pasan un tiempo allí
son viejes como yo y son jóvenes como yo
llevan una espina con forma de espada clavada en la frente que dice cultiva


Los dibujos han prendido tantas velas
el tizne se corre con la lluvia
bailan

entran, sacan y vuelven a entrar la religión por la puerta


una heráldica antigua LolaUliToti
chupando en una raja de la pared


es humo el destino, para quienes ven la hermandad


0


todavía puedo soñar en cuando sea polvo


O


quizás no están muertis, quizás son grillos.

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